Al llegar a Barcelona, todo el mundo se dio cuenta de una realidad que marcaria el devenir del jugador y de su equipo: Rivaldo no era un tipo especialmente simpatico. No tenia la sonrisa magica que exhibiria Ronaldinho, ni la frescura del Ronaldo joven —a quien, de alguna manera, 'Rivo' debia sustituir—, ni el desenfado eterno de Romario.
No, Rivaldo no era preciosismo: Rivaldo era business. Dale un balon y él cargara su maravillosa pierna izquierda y lo mandara a la escuadra. Olvidate de rabonas, elasticas o espaldinhas: a 'Rivo' no le iban los adornos. Sus regates eran mas secos que el desierto de Atacama: sus disparos, mas duros que el granito. El brasileño era una maquina de matar sin poesia. Rivaldo era Terminator.
"Un dia, en un entrenamiento, vi que Rivaldo chutaba el balon dando tres cuartos de vuelta con el cuerpo. Intenté decirle que era mas facil si lo hacia mas natural y no giraba tanto sobre si mismo. Al dia siguiente metio un gol dando toda la vuelta. Decidi que mejor lo hiciera como le diese la gana"
Carles Rexach, exfutbolista y entrenador tolerante
Si algo caracterizo a Rivo fue hacer las cosas... a su manera. Gano el Balon de Oro, pero no quiso compartir su éxito con nadie; fue clave en el triunfo de Brasil en el Mundial de 2002, pero todo el mundo recordara siempre a Ronaldo como artifice; hizo cientos de goles y dio innumerables asistencias, pero siempre dio la sensacion de que los diez compañeros que le rodeaban eran una especie de estorbo para su futbol.
Talla M - Nuevo con etiquetas - Jersey version redicion